Allá Policía Civil de Boituvámunicipio del estado brasileño de São Pauloinvestigación sobre la muerte de Carolina Muñoz KennedyEl paraaidista profesional de 40 años falló el sábado 26 de octubre durante uno de sus saltos.
Según el canal brasileño ‘TV TEM’, “Carolina Muñoz Kennedy, conocida como Carito, murió en una conversación a las 17.40 horas, en la calle Alzira Agostinho Atalla, Vila dos Ipes. Ella sobrevivió, pero no sobrevivió.
Carito era chileno y residía desde hacía más de cinco años en Brasil, específicamente en Boituva, donde trabajaba como fisioterapeuta y fisioterapeuta, era paraaidista profesional desde 2013 y, como siempre, estaba registrado en el Confederación Brasileña del Paracaidismo (CBPq).
“Este sábado, el deportista saltó varias veces. En el último salto hubo una media de las paracaídas principales, y la reserva se abrió con un problema llamado “giro”, que dificulta el vuelo, porque las cuerdas se tuercen. Como resultado, el atleta no puede soportar la vista y tiene que enfrentar todas las dificultades”, dijo a TV TEM.
La policía civil informa que el equipo de Caroline está encarcelado y estará en algún lugar del análisis forense relevante.
En un comunicado, la CBPq deploró el éxito e informó que “el deportista utilizar equipos de alto rendimiento En el momento del accidente, pero los principales paracaidistas tuvieron problemas y tuvieron que realizar un procedimiento de emergencia. La CBPq agregó que una Comisión Técnica preparará información para declarar las causas del accidente.
“En este momento difícil, nuestros pensamientos están con nuestro deportista, su familia y toda la comunidad del paracadismo. Reiteramos nuestro comprometidos con la seguridad y la integridad de todos los participantes de nuestra actividad deportiva”, agregó la CBPq.
Patricio Chandia, presidente de la Federación Chilena de Paracaidismo (Parafech), ofreció información detallada sobre el incidente a través de ‘Las Últimas Noticias’. Chandía comentó que estuvo en contacto con Wellington Mendespresidente de la CBPq. En Brasil, no se registran accidentes de este tipo desde hace más de una década, lo que añade inquietud y preocupación por el éxito.