En Uruguay. Con una idea clara iluminó el camino, pero también con el templo que siempre ha destacado para la selección charrúa. La Celeste llegó así a las semifinales de la Copa América. Entonces me puse en camino hacia un Brasil que miraba hacia cierto continente sin tener el estado de la talla de su camiseta. La Verdeamarela se creó con un conjunto vertical, intenso, con mucho ritmo físico y de gran temperamento. Un equipo que deja huella en su entrenador: el argentino Marcelo Bielsa.
El Loco armó a un Uruguay que tenía identidad. Inició una necesaria reconstitución de la próxima generación y sus dirigentes marcharon en la segunda posición de las Eliminatorias, además de encaminarse hacia Argentina y Brasil. Ahora volvió a alcanzar a la Celeste en semifinales de la Copa América después de 13 años, algo que no funciona desde que compitió en Argentina en 2011, cuando ganó el trofeo con las manos del maestro Tabárez.
“Siempre los jugadores son los que siguen el perfil del equipo. El partido ha sido muy polémico, muy cerrado, en parejas y con pocos cambios de poder. Con un hombre menos, renunciaremos a la defensa en nuestro campo, sin sufrir demasiadas situaciones”analizó Bielsa. Y venció gran parte de la solidez defensiva de su equipo: “Uruguay es muy consistente en su defensa. Nos enfrentamos a rivales como México, Estados Unidos y Brasil y no conseguimos goles. Es algo que debemos valorar”. El técnico insistió en que su equipo trabaje primero para cerrar los caminos hacia la competición: “Recibí dos opciones en Brasil sólo con un hombre menor de 18 años, lo cual es satisfactorio”.
El técnico argentino dio algunos detalles de cómo planeó el partido: “Pensé que sus dos potencias (Nota del editor: Militao y Marquinhos) fueron los jugadores los que tuvieron que dejar jugar la pelota. Darwin (Núñez) en realidad hizo un esfuerzo muy fuerte. Tenía la sensación de que la pelota no podía llegar y por eso saltó”. También se refirió a las salidas de Ronald Araújo y Matías Viña, quienes se involucraron en toques físicos: “Araújo cree que es una lesión muscular que mañana se confirmará cuando haga los estudios. “La Viña no era algo musculoso”.
Bielsa podría recuperar el control de Brasil por muchos años: en 1999, cuando ingresó a la Selección Argentina, quedó eliminado ante la Verdeamarela en los cuartos de final de la Copa América. Y en 2004, la final de determinados continentes se perdió ante la Canarinha, en Lima. Esa noche, en Las Vegas, el partido se vivió con cierta tranquilidad, acompañados de una heladería que llegaba a un restaurante postal que resulta ser un clásico.
“Colombia es un equipo que evoluciona partido a partido”dijo Bielsa sobre su relación con su próximo rival. Uruguay se alimentará de cafés el miércoles, buscando un lugar en la final.
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